domingo, 30 de agosto de 2015

¿Por qué escribo?



¿Por qué escribo?
No lo sé. Lo pienso y no sé contestar.
En ocasiones, mis amigos y conocidos me dicen, “no dejes de escribir, que lo haces muy bien.”
Y yo me pregunto ¿pero, han leído lo que yo escribo? ¿están en lo cierto? ¿me lo dicen por quedar bien? e infinidad de preguntas  que se agolpan en mi cabeza en un momento.
Entonces, te llega, como un golpe de calor desde dentro, y piensas: pues igual...lo hago bien, a lo mejor...no soy tan mala como yo pensaba, quizás...tengan razón, tengo que ponerme a escribir enseguida, en cuanto llegue a casa, me voy a sentar delante del ordenador y ponerme a escribir como una loca, y tu autoestima en un momento, está por las nubes.
Pero  llegar a casa, y sentarte delante del monitor e intentar escribir algo coherente, algo bonito, algo que te salga del alma, eso ya es otra historia, porque yo, la verdad que solo escribo cuando estoy inspirada o mi musa revolotea por encima de mí. Lo más probable es que eso sea un error, pero la hoja en blanco, la verdad...es que da miedo y quizás por eso nunca me pongo delante de ella sin tener claro al menos la primera  palabra que quiero escribir.
¿Debería cambiar mis hábitos?  Probablemente si, pero posiblemente no.