jueves, 30 de abril de 2015

ALMA SOÑADORA

Poeta.
Yo no soy poeta, replico.
Entonces ¿qué eres?
Soy una pluma sin tinta
soy un boli sin carga
soy lo que tú quieres que sea
en esta carta que te habla.
Soy el fuego sin llama
soy la lluvia que no empapa
solo soy un alma más
que vaga por tu mirada.

kristin martínez

domingo, 19 de abril de 2015

Un consuelo, una locura

Hace mucho que no publico nada. Ahí va un relato cortito.



Un consuelo, una locura

─¿Puedes dejar de llorar un momento?
─No, no puedo.
─Pues debes hacerlo. Necesitas reírte.
─¿Cómo quieres que me ría, si mi amor se ha ido?
─Pues recuerda lo bueno, no pienses en lo malo.
─¡¡Qué fácil es hablar!!
─Pues llora entonces, ¿qué quieres que te diga?
─¿Eres mi amigo no? tu sabrás lo que debes decirme.
¡No hay Dios quien te entienda!
─Pues estamos guapos si tú no me entiendes.
─A ver, no te enfades conmigo que yo no soy el culpable.
─Es que me pones nerviosa.
─Pues relájate, coge una toalla, nos vamos.
─¿A dónde?
─A la playa.
─¿Estás loco? ¡Son las doce de la noche!.
─¿Y? Vamos.
─¿Para qué necesito una toalla?
─Calla anda, coge la toalla y vayámonos antes que me arrepienta.
Salieron de casa de Laura, y decidieron acercarse caminando, hacía una noche estupenda.
A los veinte minutos Laura y Pablo habían llegado a la playa. Bajaron las escaleras que les llevaría a la arena. Laura no salía de su asombro y aunque conocía a Pablo más que a nadie no tenía ni idea de lo que iba a proponerle.
─Y ahora ¿qué?
─Pues ahora nos quitamos la ropa y nos damos un chapuzón.
─Pero bueno, ¿tú te has fumado algo hoy o qué?
─Venga, no seas mojigata, que a estas alturas de la vida no nos vamos a asustar.
─¿Cómo me voy a poner en pelotas delante de ti?
─¿Que te da vergüenza? No voy a ver nada del otro mundo. Tú para mi solo eres una amiga no voy a mirar tu cuerpo como lo haría cualquier tío, y tu tampoco me vas a mirar a mi. ¿Verdad?
Pablo se quitó la ropa en un segundo. Puso los brazos en jarras esperando a que  Laura hiciera lo mismo.
A pesar de no estar convencida, también se desnudó.
Y con los brazos en jarras le dijo:
─¿Y ahora?
─Dame la mano.
Se cogieron de la mano y empezaron a correr desnudos por la arena.
─Grita bien alto, CABROOOOOOONNNNNNN.
─CABROOOOOOOOOOOOONNNNNNNNNNN.
Se dirigieron al agua y se metieron en ella sin pensarlo dos veces, nadaron un poco, hicieron el pino, la voltereta, se rieron....
─Vamos, que se va notando el frío.
Cogidos de la mano salieron del agua. Se envolvieron en las toallas.
Laura empezó a reírse a carcajadas.
─¿De qué te ríes?
Perdóname Pablo pero pareces una campana.
─Capulla. Ven aquí.
Pablo abrazó muy fuerte a Laura.
─¿Ya estás mejor?
─Sí gracias. Eres un sol.
─Para eso están los amigos ¿no?
─Te quiero mucho Pablo, no cambies nunca. Siempre me haces reír, hasta lo consigues en los peores momentos de mi vida.
─Si te pones así volvemos al agua ¿eh? y encima ya miraré yo bien a ver que pareces tú desnuda.


Kristin Martínez